Voy a hacer un paquetito con el celeste de tus ojos,
con la modulación grave de tu voz y con tu sonrisa.
Meteré todas las cosas que me encantaban de tí,
las que el tiempo fértil contigo talló en mi memoria.
Lo envolveré en un papel donde relataré las noches que
fueron nuestras, los despertares juntos y tu delicado tacto.
Irá atado con el hilo del que solíamos pender los dos
y sellado con un beso todavía impregnado de tus labios.
Pagaré alguna lágrima para enviarlo lejos de mi corazón,
pero así podré quererte sin más que desnuda ternura,
quererte mucho más de lo que un día creí haberte amado.
sábado, 7 de diciembre de 2013
domingo, 1 de diciembre de 2013
PARADOJA
Un día se despertó soleada, corrió la cortina de su pesar,
se reclinó despacio sobre la cornisa de su ventana abierta
y respiró profundo para ventilar sus rincones más oscuros.
Todo era fácil, no había costuras, ni tropiezos, ni quejas,
su contorno se difuminaba bajo los rayos del primer sol,
se le llenaban los ojos de luz y veía más allá del horizonte.
Ese día sí quería, sí podía, aquel día era el día de brillar,
de sacar pecho, de creerse hasta las comas de su película,
de jugar sus cartas y de apostarlo todo con confianza ciega.
Aspiró más del aire radiante, infló las velas de su voluntad,
dio media vuelta sobre sus talones, echó un paso al frente
y durante el resto de aquel día, se sintió eternamente feliz.
se reclinó despacio sobre la cornisa de su ventana abierta
y respiró profundo para ventilar sus rincones más oscuros.
Todo era fácil, no había costuras, ni tropiezos, ni quejas,
su contorno se difuminaba bajo los rayos del primer sol,
se le llenaban los ojos de luz y veía más allá del horizonte.
Ese día sí quería, sí podía, aquel día era el día de brillar,
de sacar pecho, de creerse hasta las comas de su película,
de jugar sus cartas y de apostarlo todo con confianza ciega.
Aspiró más del aire radiante, infló las velas de su voluntad,
dio media vuelta sobre sus talones, echó un paso al frente
y durante el resto de aquel día, se sintió eternamente feliz.
viernes, 15 de noviembre de 2013
COPLA
Quiero que me encierres entre tus hombros,
que ciñas la curva de luna mora de mi cintura,
trepar por tu cuello para alcanzarte los labios
y dejarme caer por el precipicio de tu boca.
Quiero estrellarme con fuerza contra tu piel,
que desmenuces mi cuerpo entre tus dedos,
pulverizarme en partículas minúsculas,
disolverme en tu sudor y traspasar tu carne.
Quiero marcarte con el rojo de mis uñas,
escucharte susurrar disparates en mi oído,
trazarte un camino a lo largo de mis piernas
y sembrarlo de huellas falsas para que te pierdas.
Te quiero exhausto, tendido sobre mi pecho,
quiero robarte el sueño e hilarlo en mi pelo
y quiero dormir a tu vera, siempre a la verita tuya.
que ciñas la curva de luna mora de mi cintura,
trepar por tu cuello para alcanzarte los labios
y dejarme caer por el precipicio de tu boca.
Quiero estrellarme con fuerza contra tu piel,
que desmenuces mi cuerpo entre tus dedos,
pulverizarme en partículas minúsculas,
disolverme en tu sudor y traspasar tu carne.
Quiero marcarte con el rojo de mis uñas,
escucharte susurrar disparates en mi oído,
trazarte un camino a lo largo de mis piernas
y sembrarlo de huellas falsas para que te pierdas.
Te quiero exhausto, tendido sobre mi pecho,
quiero robarte el sueño e hilarlo en mi pelo
y quiero dormir a tu vera, siempre a la verita tuya.
sábado, 19 de octubre de 2013
ORACIÓN
Llegan en hordas, se agolpan muy cerca de mí,
salpican su aliento en mi nuca, me cuajan la sangre.
Agacho la cabeza, aprieto los dientes y cierro los ojos,
los dedos se me crispan, las arterias me estallan.
Espero el primer golpe, la primera dentallada,
el primer corte, que me duela, que me mate.
Los oigo murmurar, me observan y respiran,
devoran el aire, engullen también el mio.
Pero no me tocan, sólo me miran inertes,
pasmados, esperan que sea yo la que haga algo.
Y yo aterrorizada, impotente, clavada a la tierra,
imploro a todos los dioses que me lleven,
que me eleven sobre este ejército de espectros
y me dejen caer dentro de una piel nueva,
de una armadura de coraje, de emoción, de fe.
Que abatan todos estos miedos, que los fulminen
y que soplen sus cenizas lo más lejos posible de mí.
salpican su aliento en mi nuca, me cuajan la sangre.
Agacho la cabeza, aprieto los dientes y cierro los ojos,
los dedos se me crispan, las arterias me estallan.
Espero el primer golpe, la primera dentallada,
el primer corte, que me duela, que me mate.
Los oigo murmurar, me observan y respiran,
devoran el aire, engullen también el mio.
Pero no me tocan, sólo me miran inertes,
pasmados, esperan que sea yo la que haga algo.
Y yo aterrorizada, impotente, clavada a la tierra,
imploro a todos los dioses que me lleven,
que me eleven sobre este ejército de espectros
y me dejen caer dentro de una piel nueva,
de una armadura de coraje, de emoción, de fe.
Que abatan todos estos miedos, que los fulminen
y que soplen sus cenizas lo más lejos posible de mí.
martes, 9 de julio de 2013
TORPEZA
Anoche se
tapó los ojos, aceleró y se precipitó al vacío,
desoyó la voz de sus lamentos pasados
y creyó que
si aterrizaba de nuevo en su pecho
podría sanar
las heridas de sus carencias.
Se abalanzó
sobre su piel expectante, en llamas,
pero él respondió con dos halagos, alguna caricia
y un deseo vago y lleno de incógnitas.
Hoy no deja
de pensar que está haciendo algo mal
que es ella
la que pierde los papeles,
la que vuelve
a equivocarse de persona.
Quiere
extirpárselo, acabar con esto, maldecirle,
dejar de
sobresaltarse cuando suena el teléfono,
de resignarse
a la decepción cada vez que no es él.
Él, que apenas
había pasado de mera anécdota,
que sólo era
alguien con quien quemar alguna noche,
pero que
dejaba tras de sí una estela que ahora la
atraviesa, que
la desangra con saña, que la consume.
Siente en
las tripas la embestida de un miedo viejo
la hiel de
unos celos absurdos, el mal de la indiferencia.
Se sabe equivocada,
se tortura repasando sus errores,
pero no
puede evitar que él le importe más a ella,
de lo que
ella le importará jamás a él.
Y así está
otra vez, sentada en su cama, insomne,
tarada, resentida,
culpable, agria, torpe, torpe, torpe…
lunes, 27 de mayo de 2013
FUNAMBULISTA
Durante mucho tiempo, cosió a su carne
historias que ya tenían fin al empezar.
Estaban hechas de puntadas discontinuas, profundas,
que se filtraban en su sangre y la ataban por dentro.
Los hilos tiraban de ella en todas direcciones y la descolgaban
desde la cornisa de su razón en una caída temeraria.
Cada vez creía que iba a estrellarse sin remedio y cada vez
la detenía el recuerdo de los días buenos, como una red inventada.
Hasta que un día descubrió un pequeño ovillo agazapado en su alma, atemorizado y escuálido, pero latiendo aún.
Lo reconoció al instante y lloró de pena y de culpa,
lo tomó entre sus manos, lo deshizo con cuidado,
lo tensó con firmeza, echó una última mirada atrás
y caminó con decisión sobre su viejo romanticismo,
dejando a su espalda las fibras secas del desamor.
historias que ya tenían fin al empezar.
Estaban hechas de puntadas discontinuas, profundas,
que se filtraban en su sangre y la ataban por dentro.
Los hilos tiraban de ella en todas direcciones y la descolgaban
desde la cornisa de su razón en una caída temeraria.
Cada vez creía que iba a estrellarse sin remedio y cada vez
la detenía el recuerdo de los días buenos, como una red inventada.
Hasta que un día descubrió un pequeño ovillo agazapado en su alma, atemorizado y escuálido, pero latiendo aún.
Lo reconoció al instante y lloró de pena y de culpa,
lo tomó entre sus manos, lo deshizo con cuidado,
lo tensó con firmeza, echó una última mirada atrás
y caminó con decisión sobre su viejo romanticismo,
dejando a su espalda las fibras secas del desamor.
jueves, 25 de abril de 2013
DRAMA QUEEN
Despierto
dolorida, como si hubiesen metido mis huesos
en un saco y los hubiesen agitado
sin compasión.
Me recuerdo que les estoy
dando a mis vicios más
margen del que sería deseable y hago una nota mental
que
quemaré más tarde para encender el primer cigarrillo del día.
Cumplo con
mis rituales de buena alimentación, aseo y belleza
con devota convicción pero, me inquieta
comprobar que tienen
un resultado dudoso cuando me veo reflejada en el espejo.
Busco algo
que ponerme, a toda prisa, sin poder cerciorarme
de si estos pantalones
le sientan bien a mi vanidad o si aquella
blusa transparenta un poco mi disposición algo atontada.
Vuelo colgada de las manillas del reloj, en un tiempo impuesto,
inoportuno, fastidioso y rígido que me desquicia.
Me debato un segundo más entre el deber y el placer, le hago un
último guiño a la cama y repaso los surcos de mis ojos mientras
la luz traidora del ascensor me acompaña a la calle.
Llevo mi vida enredada en la cabeza, tengo plomo en los pies
y olvidé perfumarme y atusarme un poco el encanto.
blusa transparenta un poco mi disposición algo atontada.
Vuelo colgada de las manillas del reloj, en un tiempo impuesto,
inoportuno, fastidioso y rígido que me desquicia.
Me debato un segundo más entre el deber y el placer, le hago un
último guiño a la cama y repaso los surcos de mis ojos mientras
la luz traidora del ascensor me acompaña a la calle.
Llevo mi vida enredada en la cabeza, tengo plomo en los pies
y olvidé perfumarme y atusarme un poco el encanto.
Pero me
abro paso entre la gente con soltura, sorteo escaleras,
puertas automáticas, malhumor pandémico y un breve
pero intenso impulso de mandarlo todo a la mierda sin dilación.
Me muevo con vehemencia para disimular que me faltan horas
de sueño, apilo mis vértebras, levanto la vista del suelo,
me sacudo el enfurruñamiento y se me escapa una risilla
al caer en la cuenta de que, una vez más, estoy exagerando.
puertas automáticas, malhumor pandémico y un breve
pero intenso impulso de mandarlo todo a la mierda sin dilación.
Me muevo con vehemencia para disimular que me faltan horas
de sueño, apilo mis vértebras, levanto la vista del suelo,
me sacudo el enfurruñamiento y se me escapa una risilla
al caer en la cuenta de que, una vez más, estoy exagerando.
jueves, 11 de abril de 2013
PROMESA
En primavera saco el cofre de los mohínes,
los morritos y las miradas con intención.
Escojo una de perfil, con una sonrisa a juego
y salgo a la calle con el garbo recién planchado.
Acometo los días con bravura, le pongo piernas a
mi corazón y dejo que corretee a sus anchas.
Le ato nudos a mi prudencia, me quito la ropa,
me pinto la boca y me juro a mi misma que ya no
volveré a estar triste. Y así, primavera tras primavera.
los morritos y las miradas con intención.
Escojo una de perfil, con una sonrisa a juego
y salgo a la calle con el garbo recién planchado.
Acometo los días con bravura, le pongo piernas a
mi corazón y dejo que corretee a sus anchas.
Le ato nudos a mi prudencia, me quito la ropa,
me pinto la boca y me juro a mi misma que ya no
volveré a estar triste. Y así, primavera tras primavera.
viernes, 29 de marzo de 2013
ENVIDIA
Ella
inyecta su tacto bajo tu piel
se
despliega dentro de ti
y se diluye en tu sangre.
Ella
existe en todo y sobre todo
es dueña de tu deseo
y soberana de tus versos.
Tú mueres
por su risa
lloras
por sus besos
te
puede, te tiene.
Ella siempre es en ti, o fue, o será
pero ella nunca, nunca, he sido yo.
domingo, 10 de marzo de 2013
MILAGRO
Izó altas sus pestañas
sujetó su pecho al cielo
y echó su cintura a ondear.
Se irguió sobre sus tacones
caminó como ella sabe
y resucitó a los muertos.
lunes, 4 de marzo de 2013
FUERA
Soy de cadencias y gesto lento
de plata mucho más que de oro
de mejor sola que acompañada sin
motivo
de reír con ganas y de tener miedo.
Soy tierra, cuerpo, bicho,
las lunas me rigen, me nutre el sol.
Soy de combustión interna
de melancolía heredada
de escuchar más que de hablar
de a veces muy tonta y otras muy
lista.
Soy piel, víscera, hueso,
tengo mis días buenos y mis días
malos.
Y soy vida asomada al confín de mi
espacio
que atienta, una y mil veces, pisar
firme fuera de mí.
SÓLO HOY
Hoy te siento como un espectro
como un miembro amputado
como el rastro de un perfume.
Hoy eres presencia ausente
fenómeno paranormal
alma privada de cuerpo.
Hoy me asalta la evidencia
la brutal verdad de tu falta
la insufrible carencia de ti.
Hoy maldigo mi suerte.
Hoy no puedo.
Hoy me muero.
Pero mañana, sin excusas,
retomaré la tarea de desamarte.
lunes, 25 de febrero de 2013
TERÁPIA
Allá va mi cabeza, extraviada de mi
cuello.
Los brazos se me hacen aspas
articuladas
y vuelan.
Esta es mi cadera, más mía que nunca.
Mi cintura aúlla verdades
comprometedoras
y me gusta.
Aquellos ojos cerrados parecen los
míos.
Es mío ese labio inferior entre mis
dientes
y duele.
Aquí tengo mis pies, que ya no me
retienen.
Me propulsan al fondo, al fin, al
infinito
y bailo.
domingo, 24 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
VIEJA
Tiene las manos heridas de traer anhelos al mundo.
La espalda
partida, desmenuzada en tantos
pedazos como días negros le ha tocado vivir.
Un aliento denso, como
de fango, de llanto mineral.
Una pena honda,
anclada al costado de un cuerpo vencido.
En un lugar remoto, su corazón cuelga del vértice de unos ojos de hombre.
Pero pone el alma al
frente, luchando fiera para no desvanecerse de pura memoria, recuerdo vago,
emoción de antaño.
Para no creerse desde
ahora y para siempre, vieja.
miércoles, 13 de febrero de 2013
A OSCURAS
Más furia. Más de esa
convulsión feroz.
Hundida en la piel de
una pasión incrédula,
danzaré en fuego, ida, aguardando tu boca.
¡Invoca noches imperecederas!
Que no
necesito más luz que la de tus ojos.
OBEDIENTE
Dame otra de esas sonrisas, aprieta los dientes, muerde.
Mírame, no parpadees, grita.
Abre la boca, lame mis dedos, embiste.
Sujétame, más fuerte, más, así.
Busca mi aliento, marca el ritmo, sigue.
Hazme perder la cabeza, sé bueno, no te corras, aún.
Mírame, no parpadees, grita.
Abre la boca, lame mis dedos, embiste.
Sujétame, más fuerte, más, así.
Busca mi aliento, marca el ritmo, sigue.
Hazme perder la cabeza, sé bueno, no te corras, aún.
FIN
Volar sola. Sentir marchito de desengaño.
No veré más el amanecer en tu pecho.
Se ha secado tu boca, no lloverás más en la mía.
No seré fuego en el ahora piedra.
Y mi carne magullada reclama más de tu ira,
perpetuar su música.
Amar las manos muertas en mi cintura,
los abismos entornados,
la rotundidad de los ángulos en tus mejillas.
Aún veo rosas en las puertas de tu piel oscura.
Qué ilusa, qué pobre idólatra, qué amargo el esfuerzo.
Moriré lejos de tus besos, no volveré a morir en ellos.
No habrá más cielo, no más aromas.
Ya no habrá noches.
No veré más el amanecer en tu pecho.
Se ha secado tu boca, no lloverás más en la mía.
No seré fuego en el ahora piedra.
Y mi carne magullada reclama más de tu ira,
perpetuar su música.
Amar las manos muertas en mi cintura,
los abismos entornados,
la rotundidad de los ángulos en tus mejillas.
Aún veo rosas en las puertas de tu piel oscura.
Qué ilusa, qué pobre idólatra, qué amargo el esfuerzo.
Moriré lejos de tus besos, no volveré a morir en ellos.
No habrá más cielo, no más aromas.
Ya no habrá noches.
domingo, 10 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)